jueves, 16 de octubre de 2008

Península Valdés

Este es un lugar con facinante vida salvaje, rica en animales, pajaros y peces. Aquí uno puede encontrar elefantes marinos (única colonia continental en el mundo) e incluso ver las ballenas francas, que llegan cada año, entre julio y noviembre, para parir y enseñar a sus ballenatos. A veces motivadas por el jugueteo, se impulsan con sus aletas hasta sacar sus cuerpos completamente fuera del agua. Brindando un espectaculo maravilloso.
En el lugar hay un centro de interpretación, que da la bienvenida a los visitantes. También un museo ayuda en tal tarea junto a una sala audiovisual. Dentro de la península también se encuentra el punto más bajo de Sud América: Salinas Grandes.
Cuando llega la primavera, la Ballena Franca acude, como atraída por una fuerza irresistible al abrigado golfo de San José. Allí, en las tranquilas aguas patagónicas, van a tener lugar dos episodios trascendentes de la vida de este gran cetáceo: el apareamiento y los partos. Estamos, pues, en uno de los últimos paraísos que permite el avistaje de una de las especies más perseguidas por el hombre.

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